Este es el título de un libro maravilloso de Juan Alberto Echeverry, que recibí de regalo y es un gran tesoro. Quiero compartirlo con ustedes porque al igual que este tremendo autor, tenemos que abrir nuestra mente y dejar de quejarnos por la falta de dinero, de empleo, de felicidad y de otras cosas.
Muchas veces creemos que es cuestión de acumular cosas materiales y el que tiene más es el más próspero, pero Juan describe la prosperidad “en el bien integral de la persona, en la felicidad serena de esta vida pasajera, en la armonía de todas las realidades del hombre físico y espiritual”. Agrega además, “se puede hablar de la verdadera prosperidad cuando se goza de buena zalud, se tiene armonía en las relaciones interpersonales, se tiene lo necesario para subsistir, se tiene alegría natural de manera constante y permanente, cuando se puede disfrutar de todo lo que se tiene, sin que se sufra por la ausencia de algo”.
Nunca vamos a tener cubiertos todos los frentes y no lo digo por pesimista, porque no lo soy sino porque hay muchos con dinero y son infelices con sus parejas, o están enfermos; otros que tienen el trabajo perfecto, pero están sólos en búsqueda de relaciones; otros con salud, económicamente bien, pero su compañero/a le es infiel y así hay muchos casos. Lo que sí es clave destacar que en la vida lo más importante es la ACTITUD y gozar de lo que tenemos recordándonos siempre que hay que mirar lo que hay en el vaso y no lo que nos falta, así seremos más felices.
En este libro el autor explica seis pasos o acciones que uno debe hacer para ver el resultado y son los siguientes;
- Ser amigo de Dios: buscándolo, creyendo con Fe, dejando que El haga su voluntad.
- Ser humilde: Aprender las lecciones, teniendo buena actitud y voluntad para realizar cualquier tipo de trabajo.
- Orar: para conectarnos todo el tiempo con Dios en las buenas y malas; dando gracias.
- Trabajar: para que nos edifique, para agotar puertas y encontrar empleo, ingreso, solución. Venciendo la pereza!
- Dar: tiempo, talento y tesoro. Un abrazo, un consejo, sonreir, diezmar, hacer obras de caridad.
- Obedecer: hacer lo que se nos pide hacer sin cuestionar. Todo por el bien de cada uno de nosotros.
Vale la pena cambiar los patrones y abrir nuestra mente. Quizás eso es lo que necesitamos para obtener otros resultados y estar camino a la PROSPERIDAD.