Como todos los años cada vez que viene el 8 de Diciembre en mi tierra natal, Colombia el día antes se amanece encendiendo velas, pidiendo deseos a la Virgen, bailando y echando cuentos con los miembros de la familia de todas las edades y los vecinos del barrio. La fiesta ya es tradición y las familias se reúnen para compartir y seguir pasando estas memorias a los más pequeños.
Realmente hoy es la fiesta de la ‘Inmaculada Concepción’ y es una forma de simbolizar luz y esperanza con la llegada del niño Jesús. La virgen, modelo de pureza y de fe es la mejor intercesora de nosotros ante Dios. No dudó y aceptó su misión.
Hoy en medio de la pandemia, cuidándonos del virus y de quemaduras seguimos fiel a nuestras tradiciones. Ayer encendimos las velitas en familia y los 3 con los que hemos pasado este año y confinamiento.
Hoy vamos a misa a recibir al Señor y estamos agradecidos de poder asistir a la casa de Dios y estar saludables. Pedimos por todos nuestros familiares, amigos y el mundo entero para que estemos bien, vivos y en paz. Por supuesto, que acabe esta pandemia.
Que la luz de Dios sea la que nos guíe, oriente y muestre el camino a seguir, la solución a problemas, decisiones a tomar y que sea Dios quien nos cuide siempre. Espíritu agradecido, navideño y en gozo es lo que debemos tener por llegar vivos a Diciembre luego de tantas pruebas. A seguir cuidándonos unos a otros para compartir mejores tiempos con la familia.