¿ A quién no le ha pasado que no ha planeado celebrar un cumpleaños y a última hora cambia de opinión? Yo soy una de esas y justo el fin de semana pasado me pasó y tuve que correr a conseguir cosas para el evento.
En esta ocasión decidí hacerlo en un restaurante que busqué por internet, que tenía buenos comentarios pero irónicamente nunca había ido así que tuve que pasar el viernes antes de la fiesta a conocerlo y probar su comida. Valió la pena porque ví el área que tendría asignada, visualizé qué cosas usar para la decoración además, degusté algunos de sus platos y aunque suelo ser buena con el picante estaba un poquito fuerte para el resto de los invitados. Solicité que las picadas las hicieran sin picante, calculé mi presupuesto y confirmé con los invitados su asistencia por aquello de las mesas y sillas.
El sábado en la mañana me fuí a un sitio que tiene de todo para fiestas, bautizos, confirmaciones, showers, matrimonios como globos, cintas, piñatas, servilletas, máscaras, pelucas, pitos, entre otros. Ahí compré un sombrero mexicano, máscaras, dulces, confeti, cosas para hacer recordatorios, centros de mesa, decoración de la torta y globos de ahí me fui a otra tienda donde compré los postres.
Una hora antes de la fiesta llegué al restaurante y todo estaba listo para colocar mi decoración. No me tomó mucho tiempo pero quedó como si hubiera estado haciéndolo desde temprano. Fui poniendo el centro de mesa con los globos, las máscaras, dulces, recordatorios, collares, máscaras, velitas y los postres… Realmente estuvo divertido, nos tomamos fotos, brindamos, comimos y fue fácil y cotidiano!