Más chistes…buen comienzo de semana

Como ya les había dicho me encanta reir y es una buena terapia… Este es un regalito para que el inicio de esta nueva semana sea divertido y positivo como todas las cosas que cada uno de ustedes tienen que hacer.

Estos chistes me llegan a mi correo electrónico y aunque no tienen autor a quien yo le dé el crédito igual los publico con el fin de contagiarlos con alegría y mucho humor… Disfruten!

 

Hoy me levanté, me miré al espejo en ropa interior y descubrí que tengo un
cuerpo: ” SENSUALMENTE PORNO y ESPECTACULARMENTE PORNO y hallé la razón ……………
PORNO hacer ejercicio , PORNO cuidarme en las comida , PORNO dejar de comer chocolates ……
PORNO hacer dieta…… jajajajajajajaja…..

La señora está terminando una sesión con el psicólogo.
Éste le dice:
“La semana que viene trabajaremos con el inconsciente”.
Ella responde:
“No creo que mi marido quiera venir”.

Maestra: Pepito, ¿cómo se llama el compuesto químico para evitar el embarazo?
Pepito: Nitrato de meterlo

Un hombre de unos 65 años le pregunta al entrenador en el gimnasio:
-¿Qué máquina debo usar para impresionar a una chica de 30?
El entrenador lo mira y dice…
-Le recomiendo el cajero automático….

-Dr. no puedo controlar el deseo de hacer el amor…
Es que usted es NINFOMANA.
-Dr., anótemelo en un papelito porque en el barrio me dicen puta!!! ja,ja,ja…

 

 

Chistes, a reir se dijo!

Quizás este chistecito no esté muy bueno pero será el primero de muchos que estaré publicando porque soy de las que creo que no hay mejor medicina que reir…

Ya está comprobado que cuando uno está alegre responde mejor a las labores diarias, a alguna enfermedad, a resolver problemas de cualquier índole entre otras cosas.  Yo los invito a poner una linda sonrisa en sus caras! Feliz dia!

La Abuela y el Abuelo

La abuela y el abuelo fueron de visita a ver a su hijo, nuera y nietos

y se quedaron a pasar la noche cuando el abuelo se encontró con una botella

de Viagra en el botiquín de su hijo, le preguntó a éste si podía usar una de las

pildoritas.

El hijo le dijo, “Yo creo que no deberías hacerlo, Papá;

son muy fuertes y son muy caras.”

“¿ Cuánto cuestan?” Preguntó el abuelo.

“$ 20 por pastilla,” le contestó el hijo.

“No importa” dijo el abuelo,

“Insisto en que quiero probar. Al irme por la mañana,te dejaré el dinero

debajo de la almohada.”

Al día siguiente, cerca del mediodía,

el hijo encontró $ 220 bajo la almohada.

LLamó al abuelo y le dijo,

“Te dije que cada píldora costaba $ 20, no $ 220”

“Te entendí,” respondió el abuelo.

” ¡ Los $ 200 los puso la abuela!”