Una de las cosas que disfruto es hacer eventos y atender a mis invitados para la ocasión pero mi gran secreto es brindarles lo mejor en la comida y decorar el espacio con accesorios que vayan con el motivo de la celebración.
Me encantan las vajillas con platos coloridos, estampados, rayados, flores o algún diseño y en épocas como Navidad que tengan los colores y hasta los muñecos para que especialmente lo niños recuerden esos días llenos de memorias inolvidables.
Disfruto cuando encuentro jarrones diferentes, o puedo mezclar vajillas de colores o estampados con las de un sólo tono. Es como cuando uno se va a vestir y hay variedad en texturas y colores que hacen que cada cual muestre su personalidad.
Si de postres se trata qué bello es ponerlos en bases hermosas y de dos o tres niveles para que se aprecien por ejemplo los pudincitos o “cupcakes”. Colocar un pudín en una mesa acompañado con pequeños accesorios o leyendas le da ese toque especial a la reunión.
Tener un rincón para bebidas y presentarlas en copas de colores, con marcadores personalizados para cada invitado (cuando no son muchos) o usar como hoy en día unas jarras que son rústicas hace la diferencia. Son como si fueran un frasco de alguna mermelada que se acabó y se le dio otro uso por ejemplo, cuando se le ponen unos limones amarillos como en la foto o con una limonada rosada con unos absorbentes (pajita, pitillo, entre otros nombres) blanco y rosados si esos son los tonos del evento, queda genial!
Los individuales y centros de mesa de diferentes colores y formas ayudan a completar el escenario. Aquí les presento una idea como para el otoño por los colores naranja, amarillo y café pero tú puedes ponerle tu propio estilo … es fácil, divertido y cotidiano!
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