Definitivamente y sin ningún cuestionamiento la salud es lo que más nos debe importar. Sin ella no somos nada, no podemos hacer nada.
Desde el año pasado mi mamá nos llevó de emergencia al hospital por una obstrucción intestinal. La doctora que la atendió le volteó prácticamente el intestino y pudo salir de esa. Sin embargo, la mandó a realizarse una colonoscopia que repitieron 3 veces y la última incluso, fue virtual para no perforarla.
Gracias a Dios no tenía cáncer pero descubrieron unas adherencias producto de una operación que se había hecho casi 30 años atrás. Le dijeron que con productos como “miralax” ella podía ir al baño y evitar una operación por su edad.
Los episodios de gases que no salían se hicieron más presentes y la evacuación más pesada.
En un viaje a España comenzó a literalmente llenarse de gases que yo creía se iba a reventar. Gracias a Dios se recuperó y no hubo que operar fuera del país. Regresó y estuvo bien hasta el 13 de Enero, nuevamente a emergencias pues no pudo ir al baño.
Después de tantos estudios y posibilidades decidieron operarla, cortar el pedazo obstruido y colocar una bolsa en el estómago. Le hicieron una osteomia.
Luego de 3 meses y de cuidados, exámenes y seguimiento le quitaron la bolsa y le pusieron todo a funcionar.
Gloria a Dios todo salió bien. Ha respondido bien. Está aprendiendo a conocer y usar su cuerpo y como decían hace muchos años en Colombia, “a hacer del cuerpo”.
Han sido unos meses de conversaciones de otro tipo, de limpiar bastante y de agradecer a Dios por los doctores, enfermeros, el seguro médico, los cuidados y la recuperación. Dios ha sido nuestra guía y fortaleza. Gracias por todo! Gloria a Dios!