Gracias a la pandemia y luego de haberse roto el tobillo llegó mi mamá a acompañarme en mi matrimonio católico.
A ella no le importó cómo lo haría y justo llegó a tiempo pues una semana luego de mi matrimonio exactamente el día de mi cumpleaños cerraron las fronteras.
A raíz de ese problema global le pedimos una extensión y luego la pedimos y ya es residente de este maravilloso país.
Otra bendición es que llegó a sus 80 y con la noticia inesperada de que vendrían sus hermanos de sorpresa pues hicimos una fiesta mexicana. Llena de colorido, piñata, música, mariachi y karaoke. Lo pasamos lindo y la celebramos varios días. Gracias Señor por tantas bendiciones y por no dejar de opacar sus 80. Gracias por esta bendición de poder honrarla como hija. Gracias Señor! Te queremos mucho mami!